SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA DE EL PUEBLITO GLORIOSA REINA Y PATRONA

¡Alegrémonos todos en el Señor, celebrando esta Fiesta del 76 Aniversario de la Coronación Pontificia Santísima Virgen María de El Pueblito, Aleluya, Aleluya!

El 17 de octubre de 1946, El Excelentísimo Señor Obispo Diocesano de Querétaro, Mons. Marciano Tinajero y Estrada, cumplió a cabalidad el deseo de todo el Pueblo Queretano, y el suyo propio y de sus antecesores al imponer Corona Real por mandato del Santo Padre Pio XII sobre las augustas sienes de Nuestra Madre Santísima de El Pueblito, Madre, Reina, Patrona y Generala del Estado de Querétaro y de la Seráfica Provincia Franciscana de San Pedro y Pablo de Michoacán.

De esta manera, signó de una vez y para siempre un pacto de amor que habría de refrendarse año tras año, bajo Juramento de Fidelidad que se Proclamó en el Patronato Principal sobre la Ciudad Episcopal de Santiago de Querétaro el 17 de Octubre de 1948.

Fue aquel glorioso del día 17 de octubre “El centro de la Historia de Querétaro” como expresó Mons. Salvador Septién Uribe, Presidente de los Festejos de la Coronación Pontificia.

Sobre la Loma del Sangremal, donde nació Querétaro bajo el signo de la Santa Cruz de los Milagros y el Apóstol Santiago, el Excmo. Sr. Obispo diocesano de Querétaro Dr. D. Marciano Tinajero y Estrada, en nombre del Papa Pío XII, puso sobre las sienes de tan celestial Madre, aurea corona, lo mismo hizo el Excmo. y Rvdmo. Sr. Dr. D. Luis María Martínez, Arzobispo de México y Encargado de la Delegación Apostólica en México, sobre las sienes del Niño Jesús que acompaña a esta, Milagrosa imagen de la Virgen María.

Al colocar las Coronas de oro purísimo proclamaron:

«Así como nosotros te coronamos aquí en la tierra; así por tu mediación merezcamos ser coronados por Cristo en cielo».

Así, canta su glorioso Himno de Coronación Pontificia, que hoy resuena con todo nuestro amor:

Santa María de El Pueblito

INVITACIÓN

¡Ya se acerca la Virgen graciosa del Pueblito, con su Hijo Divino!

¡Ya se acerca la Reina del cielo con el Rey inmortal de los siglos!

¡Queretanos salid a su encuentro!

¡salid, hijos del grande Francisco!

¡aplaudid gobernantes y súbditos!

¡regocíjense ancianos y niños!.

Sacerdotes, tomad incensarios y quemad el perfume más fino;

el camino cubridle de flores; peparadles un trono magnífico…

todos, todos corred a porfía;

llevad dones de inmenso cariño;

ceñiremos sus cienes augustas

con diademas de oro purísimo,

y con voces de acento sonoro

entonemos gozosos un himno…

CORO GENERAL

¡Salve, oh Reina! Tu pueblo te adora, ¡dulce Madre! Tu pueblo te ama,

y del mundo a la faz te proclama su tesoro, su amparo, su luz.

¡Salve, augusta beldad del Pueblito!

Nuestro honor eres Tú y nuestra gloria;

se engrandece por Ti nuestra Historia;

nuestra firme esperanza eres Tú.

ESTROFAS

Ensalzad a la que es vuestra gloria;

alabad a la que es nuestro encanto;

tributaronle honor nuestros padres;

imitadles, alzad vuestro canto…

Salve, oh Virgen, que en místico ensueño

te mostraste al artista sagrado

que formo tu dulcísima Imagen

en encendidos de amor abrazado.

Salve, oh Madre, que amante engendraste,

nuestro pueblo a la fe verdadera,

con tu pie del satánico culto

suplantando la vana quimera.

Se vio a veces, por raro prodigio,

en tu frente una estrella brillante,

y tus ojos verter tiernas lagrimas

y mudar de sudor tu semblante.

Oyes, Madre, benigna en el cielo

los acentos de nuestros clamores

y nos das el remedio oportuno

en los días de acerdos dolores.

Tu ciudad con anhelo y fe espera

tu visita triunfal de año en año,

porque vienes, oh Madre piadosa,

de tu pueblo a alejar todo daño.

En los tiempos de dura sequía

agostando del sol los ardores

nuestros campos, Tú mandas la lluvia

y los cubres de frutos y flores.

Nuestros padres fervientes juraron

siempre honrarte cual Madre y Patrona;

hoy sus hijos de nuevo lo juran

ofreciéndote regia corona.

Obsequiaronte altos Jerarcas,

nobles Reyes y un pueblo sin cuento;

santos hijos del padre Seráfico;

un Linaz, un Margil y otros ciento.

A tus plantas valientes caudillos

con sus huestes, humildes vinieron,

“Generala” dijéronte amantes,

y a tu pecho una banda pusieron.

Cuantos bienes, oh Madre, gozamos,

los tenemos de Ti recibidos;

¡Que por siempre tu manto nos cubra

y seremos de Dios bendecidos!

Ya que ostentas benigna y sonriente

el bastón y las llaves de mando,

sigue, oh Reina, con tu Hijo divino

en tu pueblo feliz imperando.

¡Venga, venga la Virgen graciosa!

¡Venga, venga la Madre querida!

y con su Hijo divino en su pueblo

como Dueña y Señora presida.

¡Ven oh Hija de Dios elegida,

Ven, oh Esposa de Dios agraciada,

Ven, oh Madre, con tu Hijo divino,

Ven, Oh Reina, serás coronada!

¡Viva la Virgen de El Pueblito!

¡Viva la Patrona de los Queretanos!

¡Viva la Reina de los Franciscanos!

Rendid honor y gloria a nuestra Majestad de El Pueblito y su Hijo Divino, que gobierna cielo y tierra. Amén.

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